Esta semana no me ha quedado más remiedo que jubilar mis Sportiva Wildcat. Tenía pensado darles un final un poco más glamuroso (por ejemplo la semana que viene en la Wild West Run), pero lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.
Desde un principio he tenido una relación de amor a medias con estas zapatillas. Me las compré como zapatilla de entrenamiento de cara al verano pasado, tras haber estado corriendo con las Inov-8 roclite 312 durante el invierno. Lo que andaba buscando era más amortiguación y más frescor en los caireles. Ambas cosas las esnontré. Un placer correr con ellas.
El textil se ha desgraciado, tambien, pero eso no me importa. Por lo demás me parece que cumple muy bien lo que se espera de ella, siempre y cuando se use para lo que está pesanda: correr. Posiblemente sea uno de los modelos más "atléticos" de las marcas de montaña. Ligera, bien amortiguada, no he tenido mayores problemas de estabilidad. Salvo la puntera apenas tiene refuerzso, pero tampoco los necesito, la verdad. Ya tengo las Flyroc para meterme en berenjenales rocosos. Salvo en estos tramos muy técnicos, la zapatilla se desenvuelve con gracia por cualquier otro piso, salvo que esté blando. Incluso sobre la temible piedra mojada se porta.
En fin, en mi opinión una zapatilla notable, que sin embargo no está hecha para estos parajes. No creo que vuelva a este modelo mientras viva y entre por aquí a pesar de sus puntos fuertes, que son más que sus debilidades. He visto que su prima, la raptor, tiene un taco de una sola pieza. Quizá sea una buena alternativa para el futuro. Mientras tanto llegó la hora de las North Face Single Track. Veremos, por ahora han cumplido con lo que les he pedido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario