miércoles, 23 de febrero de 2011

Por los suelos

Así es como me eencuntro. Dolorido, enfermo y desmoralizado.
Tras la carrera del sábado tuve muy buenas sensaciones. Está claro que ni hice un carrerón ni lo pretendía, pero me ví decentemente y sobre todo con mucho margen de mejora. En muchos momentos fui bastante suelto, apenas tuve saturación cardiovascular. Coño, que para ser una carrera con apenas dos semanas de entreno, sin apenas haber entrenado fuerza, estaba contento.
Pero los días posteriores han ido poniendo las cosas en su sitio. Primero la recuperración está siendo muy lenta. Dos días despues aún notaba un cansancio inmportante. Pero lo más destacable es el tremendo dolor de piernas, alrededor de la tibia. Ya no solo los gemelos (que sería lo normal) sino también en las zona delantera, alrededor de los tobillos... Vamos un desastre. Incluso andar me cuesta y me duele.
No puede ser que esté parado una semana, entrene dos y vuelva a recaer. Me temo que toca parar por más tiempo. Mínimo tres semanas a ver como va. Es momento de bicleta, gimnasio...
Lo peor es que la WWU se cae de mi calendario. Con un poco de suerte podría correr el Trail de 26 km, pero sopndría pegarme por unos días de vacaciones que quizá no vaya a utilizar para correr y que me pueden venir bien para descansar del maldito trabajo.
Hoy además me he levantado con la garganta como un ladrillo. Por supuesto, hoy tenía el día libre. Me he dedicado a buscar carreras interesantes y reestructurar el calendario. El objetivo sigue siendo el mismo. una carrera de unos 80 km, solo que ahora sería a finales de verano o principios de otoño.

domingo, 20 de febrero de 2011

Wild West Run: Crónica

No es mi intención dar aquí lecciones de Historia, pero sí que me gustaría mentar a Felipe II. No es el momento ni el lugar, como digo, para analizar su figura histórica, pero sí que creo que no está de más apuntar un par de cosas. Primero: que en tan vital personaje en la Historia Mundial debemos tener en cuenta tanto sus hechos (básicamente la construcción y sustento del que sea probablemente el imperio más extenso de la Humanidad) como sus deberes. En este punto tan solo detallar, por lo que nos concierne al día de hoy, la celebérrima Armada Invencible. Para los potenciales lectores de este humilde blog que hayan sido educados en la ESO, recordar que hablamos de una imponente Flota que el Felipe II mandó rumbo a Inglaterra con la sana intención de poner las cosas en su sitio y cortar de raíz la habitual tendencia británica de tocar los innombrables al prójimo. Esta flota tuvo el gran inconveniente de no contar con la ayuda de un moderno Meteosat, por lo que el que no acabo hundido, acabó incrustado contra algún acantilado por ahí. Vamos un desastre en toda regla para moja y chanza anglosajona (lo de Invencible es de muy británica guasa)
Jugar a Historia Ficción es un ejercicio tan divertido como estéril, pero no cabe duda que si los galeones españoles hubieran llegado a donde se suponía, hubieran los soldados españoles afeitado el bigote a los ingleses y todo lo demás (mucho quería el bueno de Filipo, me temo) muchas cosas hubieran cambiado en el devenir de la Historia. Principalmente el fin del incipiente Imperio Británico.
La corona inglesa tuvo a bien, tras quedarse su máximo competidor global, a conquistar tierras ultramar, imponiendo su lengua y costumbres a diestro y siniestro. Y lo de siniestro no es gratuito, ya que como se sabe esta gente conduce por el otro lado, habla raro, utiliza enchufes raros y, he aquí el quid de la cuestión, mide las cosas como les sale de la punta del nabo. Concretamente la distancias en millas.
El aquí escribiente bloguero, como buen católico, apostólico y romano, mide las distancias como se debe, utilizando el sistema métrico decimal. Y, voto a tal, sigo haciéndolo a pesar de habitar en tierras del antiguo imperio inglés. Y es que aquí, en Irlanda, a pesar de que el deporte nacional es desproticar contra todo lo que huela a Union Jack, conducen por el otro lado de la carretera, se comunican utilizando esa lengua del demonio, utilizan enchufes raros y miden las distancias en millas. 
Y yo me pierdo. 
Si voy a una carrera que se anuncia como "medio maratón" yo pienso en 21 kilómetros y pico, no en 13 millas y pico. Me falta esa referencia, importantísima cuando no se tiene conocimiento de la ruta de la carrera. En realidad la carrera estuvo marcada por la falta de referencias claras en todo momento. 
Bueno, la carrera: Wild West Run. Primera carrera de montaña que veo que se organiza fuera del ámbito dublinés que sea del IMRA (Irish Mountain Running Assotiation). Me entero de su existencia por el Facebook. No veo que haya una web oficial y el registro se realiza en una tercera web donde apenas hay una breve descripción del tipo de terreno por el que se desarrolla. Básicamente se trata de un medio maratón tipo trail desde Kenmare hasta Muckross House en el Parque Nacional de Killarney, siguiendo el Kerry Way, ruta de senderismo que recorre 200 km por el sur del condado de Kerry.
Por lo que conozco del Kerry Way sé que no se tocan cumbres, que está bastante bien señalizado y que es muy probable que haya variedad de terrenos, desde carretera hasta camino malo. Pero apenas conozco el tramo final de la carrera.
A este perfil habría que quitale algunos kilómetros (o millas, vaya usted a saber) en su parte final
Curioseando por la red encuentro un track del tramo del trekking y me hago una idea de la ruta: toboganes parribapabajo, 672 de subida total y 642 de bajada. Me preocupa el calzado a usar. Por lo que leo hay, como esperaba, gran cantidad de tipos de terreno, pero me preocupa la gran cantidad de asfalto que pueda haber. Llego a plantearme correr con las Asics de asfalto, pero al final me decido por la North Face Single Track, sin descartar hasta el final las Inov-8 312, si el día de la carrera es especialmente frío o húmedo. Otra duda que me planteo es el tema de la hidratación: nada, riñonera o mochila? No sé sí va a haber avituallamientos o cuantos. Decido no arriesgar y opto por la riñonera con el botellín de 750 ml, que además me permitirá llevar al de comer y el cortavientos atado a la correa.
La idea con la que me planteo la carrera es sencilla: disfrutar. No estoy en forma como para dar guerra a nadie y me da que va a ser una rápida de cojones. Si me dejo llevar tras los galgos de turno es muy posible que a medio camino me quede tirado. Los gemelos me siguen dando guerra y esta semana apenas he podido entrenar. Es más el día antes me levanto con el gemelo izquierdo como una lápida. Cojeo incluso andando y empiezo a dudar si voy a ser capaz de salir a correr. Por si fuera poco ese mismo viernes hace un día sencillamente horrible, con fuerte viento y lluvia, lo que me hace replantearme el equipo que voy a usar.
El sábado, tras pasar la noche con la pantorrillera de neopreno, parece que el gemelo responde. En el hotel hago unos ejercicios y aunque no está como debiera se puede correr. El  día amanece claro y las previsiones dicen que así se mantendrá. Por si acaso en la mochila cargo el chubasquero y la 312. En el autobús que nos lleva a la salida me dan la clave para desechar el Goretex en los pies: hay que cruzar varios ríos, que por las lluvias del día anterior probablemente bajen fuertes.
Como buen corredor que se precie, antes de tomar la salida me fijo en los tipos que me rodean. Hay buscar referencias. Veo mucho galgo asfaltero. Tipos de caras angulosas y patas finas que probablemente vayan a meter mucha caña en los tramos fáciles. Muchos calzan zapatillas de asfalto. Quizá las pasen un poco putas en los terrenos más técnicos y embarrados, pero no espero estar con ellos para verlo. No es esa mi carrera.
La mía está con los tipos con pancita, piernas gruesas y un par de capas de ropa. Esos son de los míos. Enseguida opto por uno. Se le ve con pinta de no estar muy allá físicamente, pero que no se va a dejar desmoralizar en la primera cuesta. Intuyo que iremos al mismo ritmo, pero que no se quedará muy atrás.
Por fin salimos. Empiezan los problemas. Como nos habían dicho las tres primeras millas son por carretera cuesta arriba. Pero lo que no nos habían dicho que era una recta. Y empieza el gran problema de mi carrera: la falta de referencias. En este tipo de cuentas largas me pongo pequeñas metas en las curvas, pero al ser una recta parece que no tiene fin la hijaputa. Además por asfalto. Los gemelos empiezan a dar guerra, pero van bien. El pulsímetro me da buenas noticias: no se me dispara el ritmo cardiaco. Por si acaso y porque queda mucho bajo un poco el listón y me quedo en un paso más cómodo. Cojo un pim-pam fácil y en seguida nos agrupamos un grupo en medio del pelotón. Los flacuchos han tirado para arriba como si las siete pestes les persiguieran y detrás queda otro grupo  bastante más lento. Pronto veo a mi referencia. Efectivamente parece que estamos a la par de condiciones.
Joder con la puta cuesta, parece que no se acaba nunca. Tres millas… ¿eso cuantos kilómetros son? Ay Felipe, no pudiste mandar tus barcos una semana antes, no. Mi referencia aguanta el tirón, pero pronto veo que como referencia en carrera es horrible. Echa a andar pronto, en los rellanos, y pega latigazos en las cuestas. Además es muy poco solidario: me coge la cuerda cuando le paso, pero no espera a nadie cuando arrea.
Antes de llegar a la tercera milla pasamos a correr por pista. La ruta se hace más llevadera, con curvas, sin tanta inclinación y el terreno es más blando. Aprovecho para recuperar ya que veo que el pulsímetro me dice que me estoy pasando. No es día para sufrir, muchacho y tus gemelos tampoco están para muchas batallas. Dejo descolgarme un poco. Mi referencia ha dado otro arreón y paso de seguirle. Esos cambios de ritmo que se pega para nada no pueden ser sanos. ¿Por cierto cuanto hemos corrido ya? El cartel dice que 4 millas. Vale, una milla es 1, 2 km… o eran  1,5… No, 1,2 más o menos… Vale entonces hemos recorrido… 1,2 por 4, bueno 4, 5 ya,… que eso es… si un tren sale de Segovia dirección Madrid a las 11… Mierda ya me he liado.
 Joder, que duro es ser de letras. Yo estudié latín, cojones (repito: católico, apostólico y romano) y esto de hacer cuentas en medio de una carrera, esquivando pedruscos, intentando que no se me olvide beber de vez en cuando, que si donde está el poste indicador, que si ese cabrón me mira mal (no se equivoquen, mis compañeros de carrera eran bastante majos, me refiero efectivamente al señor esposo de la cabra)
Y a todo esto cuesta pa’rriba, cuesta pa’bajo, cada rato hay un señor o señora con su correspondiente peto amarillo de la organización que me da ánimos y me dice que es todo recto. Pasado el cartel de las  5 millas veo uno de esos petos al lado de una mesa. El tipo de briefing dijo algo de un puesto de avituallamiento a media carrera, no? Vale, ya sé donde estoy. Por cierto, ¿y mi referencia? Lo dejé atrás presa de un ataque de incontinencia urinaria. Ahora corro prácticamente solo. A unos centenares de metros veo  un grupo de tres o cuatro, pero aunque voy cómodo no estoy para forzar. Ahora se supone que viene el barro y las piedras y ahí me muevo mejor que ellos con unas zapatillas de entrenamiento.
Así es, tras una subida por un precioso robledal empieza la parte sucia de la carrera. Hasta ahora habíamos corrido por pista y camino en relativo buen estado, con la única dificultad de cruzar varios ríos. Yo opté por pasar de intentar de saltar de piedra a piedra y jugarme un feo resbalón, y crucé a las bravas. Por suerte tanto los calcetines (uno Inov-8 finos) como las zapatillas desalojaban el agua con facilidad.
Ahora tocaba bajada por roca húmeda y turberas. Un autentico horror. Hasta entonces había corrido casi todo el recorrido salvo algún repecho cabrón. Ahora tengo que andar casi dos millas. Me siento muy inseguro cobre la roca mojada. Las zapatillas, que hasta ahora se habían comportado de cine descubren sus carencias. El resultado es un tobillo torcido y una rodilla reventada contra la roca.
Los tramos por turbera no son mejores. Hay una especie de pasarelas de madera recubierta de malla metálica para salvarlas. Correr por ahí me resulta un suplicio. Primero porque resbala muchísimo y segundo por que es bastante estrecha, Uno no tiene lo que se dice una pisada muy enciclopédica y tiende a dar zancada de pato. Al correr por esas pasarelas tengo que cerrar la zancada y me empiezan a doler las caderas. No me queda más remedio que caminar un buen rato. Cuando se acaba esas dos millas del horror horroroso volvemos a camino más o menos en buen estado, muy corrible a pesar de volver a la cuesta arriba. En ese momento noto una especie de espasmos en el gemelo. Temo que se me vaya a subir el músculo y entonces sí que estaremos bien jodidos: cojos en medio de la puta nada. Nada, un par de minutillos estirando la pata y dejando que se relaje. Pierdo más tiempo y posiciones. Y sobre todo, pierdo ritmo. Cuando vuelvo a la carrera me cuesta encontrar la zancada cómoda, un braceo estable…
Por suerte me junto con Mark, un tipo que parece que se toma el asunto con tranquilidad y empieza darme palique. Me sirve para relajarme, volver a una carrera suave, pero armónica y dejar que pasen unos kilómetros tranquilos. Cometo un enorme error y es no preguntarle cuanto es media maratón en millas.
Y en esto que llegamos al paso de Torc Mountain. Esta ya es zona que conozco. Sé lo que queda hasta Muckross House. Me veo fuerte, con energía. Sé que tras una subida que llega ahora, viene una bajada a muerte por pista ancha, bastante compacta. Es hora del cuchillo entre los dientes. Mark se queda atrás en la subida y me lanzo a la bajada. Me divierto mucho. Curvas, niños boy scout que esquivar, noto como saltan las piedrecillas a mi paso. Las zapatillas me responde de maravilla, se agarran bien al terreno, pero me dejan hacer. Este tramo es muy popular para un paseo montañero y me cruzo con mucha gente que me anima. Voy muy suelta, muy fino, dejándome llevar con la gravedad. Me noto cansado, pero ya no queda nada. Paso a un par de corredores que parece que no disfrutan tanto de la bajada.
Ya al final, en Torc Fall, atrapo a otro corredor que empieza a soltarse tras la bajada. Ahora es más suave, casi plano. Cejemos un buen ritmo, nos vamos relevando. No queda  más que unos centenares de metros. Veo un peto amarillo en un cruce. Es Sean, unos de los organizadores a su izquierda está Muckross House. Miro el reloj: algo más de dos horas. Ni tan mal. Sonrío, se vacío en esos últimos metros. Llego a la altura de Sean…
-         Come on, lads, just two more miles and it´s done.
Su dedo señala a la derecha. Mierda, mierda, mierda… ¿Pero esto no terminaba en Muckross House? ¿11 millas decía el último cartel? Ya llevaba tiempo si prestar atención a las marcas de distancia. Eran como chino para mí. Me dejé llevar por mi posición y me medí cuenta que aún me quedaba más de 3 kilómetros. 3 eternos kilómetros por asfalto. Tras la bajada a piñón tengo los cuadriceps cargados. Noto la falta de amortiguación de las zapatillas. Bajo el ritmo. Se me cae el mundo. Me dan unas ganas horribles de mear. Tengo que buscar un discreto árbol. Pierdo ritmo y estoy solo. Ni voy cómodo ni voy rápido. Es más voy muy lento, casi andando. No puedo correr. A duras penas alcanzo a otro corredor que va andando. Le pregunto si está bien y le ofrezco agua. Casi es un alivio que acepte y tenga una excusa para parar. Me dice que tiene los gemelos cargados. Sigo corriendo. No sé cuanto me queda, pero no tengo fuerzas. Sé que es más de cabeza que de piernas, pero tengo que echar a andar. Vuelvo al trote, y tras una curva veo el cartel de las 13 millas. Pero… estoy lejos de Muckross. Lo sé y me vuelvo a derrumbar. Sé donde estoy, pero no sé donde está meta. Estoy perdido, agotado, creo que voy a parar y reponerme… Oigo aplausos de ánimo. Hey, son los de la carrera! Por fin! He llegado!!! Mecagüentolmasgrande!! Si esto Muckross House yo soy Felipe II. Cabrones , me habéis engañado.  

martes, 15 de febrero de 2011

Problemas, problemas y más problemas

Me estoy dando cuenta de lo complicado que es esto de meterse en una carrera de larga distancia. Resulta obvio que la preparación física, el entrenamiento, es duro. Corre, recorre y requetecorre, sin pasarse, que te da un mal en forma de lesiones y sobreentrenamiento, pero sin hacer el vago, que hay que correr unos cuantos kilómetros, amigo. Hasta el gorro estoy ya de ir de un blog a otro, de una web a la de más allá leyendo experiencias ajenas, recopilando planes de entrenamiento y consejos y haciendo todo eso algo propio y factible en mi día a día. Por que esa es otra, búscate tú las ganas de salir a correr en medio de la lluvia y el viento despues de la jornada laboral de turno y los quehaceres cotidianos. 
Pero esta ba claro desde el principio. Lo que estoy descibriendo es la parte logística del asunto. Voy a resumir: como ya he comentado en otros comentarios mi idea es ir haciendo varias carreras hasta llegar al objetivo último que sería, muy probablemente, el Lakeland 50, en Inglaterra. Hasta llegar ahí el plan era hacer a finales de marzo la Wicklow Way Ultra de 52 kilómetros, que me serviría para verme en una carrera de larga distancia y testar mi estado de forma real. Luego en Junio hacer con mi padre la Marcha de Fondo los 10 Montes Vitoria, como un buen entrenamiento antes de la Lake. Por medio irán un par carreras de unos 20 kilómetros y alguna que pille de 10-15.
Pues mira tú por donde la cosa no es tan sencilla, ya que los días que necesito libres en el trabajo para ir a Wicklow me han sido denegados (cosas de trabajar tambien los fines de semana) Aunque ahora mismo ando en pelea/negociación con mi jefe y los simpáticos de RRHH, la cosa está fea. Pero no tanto como estará en Julio, ya que en mayo se me acaba el trabajo, luego no habrá dinero. La calculadora habla y no dice nada bueno. Por razones obvias no quiero renunciar a la carrera con mi padre, pero no será el reto que ando buscando, pero tener que volar en menos de un mes dos veces se antoja complicado.
Además no correr la WWU supone un duro cambio en los planes de entrenamiento. De esta carrera debería sacar conclusiones y experiencia, y de ahí focalizar estos aspectos en el entrenamiento futuro. En el hipótético caso que pueda ir a Inglaterra, iría sin apenas experiencia previa, algo que me incomoda bastante. además es parte de una compeonato en el que me gustaría participar.
Alternativas? Pues la primera es buscar otra carrera esta primavera de unos 50 kilómetros. Por ahora no he encontrado nada aquí en Irlanda. Tengo que ampliar el rango de búsqueda. Otra sería buscar una carrera a finales de verano, principios de otoño. Me permitiría ir más preparado y con más tiempo para ahorrar, pero se solaparía con mi segundo gran reto de este año: la Killarney Adventure Race, en octubre. A esta le tengo que dedicar tiempo ya que además de correr tendría que entrenar bien la MTB y el kayak. La idea era ponerme con ello desde Agosto, una vez matado el gusanillo de la ultra.
Otra opción es pasar de preparar una ultra este año, montarme un buen calendario de carreras de media distancia y hacer un par de carreras tipo raid de aventura. 
En fin, como dijo el otro: el dinero es mi castigo.

domingo, 13 de febrero de 2011

Bien, para ser la primera semana.

Primera semana de entrenamiento medianamente serio. Cinco días: dos de rodaje simple, una sesión de series en cuesta, una interensantísma sesión de progresión en dos bloques y hoy dos horitas de pachanga, pero que me han servido para volver a los caminos.
Las sensaciones han sido bastante buenas. Se nota que ando falto de entrenamiento, sobre todo en lo referente a la fuerza en las piernas (me cuesta mantener un ritmo medio elevado) pero he vuelto a coger soltura en el trote, a tener naturalidad en la zancada, a sostener un ritmo (aunque todavia muy bajo). Los dolores en los gemelos han remitido bastante, pero han dejado al descubierto un dolorcillo, más profundo, en la parte baja de la tibia derecha. El fisio me acojonó con una posible rotura por estrés, cosa que el médico descartó (a falta de ver los resultados de unas radiografías) Ambos no me prohibieron seguir corriendo, mientras no me matara, así que así lo hice.
Hay que decir que respecto a la posible rotura, querido leyente, si usted cae lesionado, no haga como servidor: ir directito a Google a ver que es lo es. Em poco más de diez minutos de investigación los sintomas de rotura por agotamiento quedaron grabados uno a uno en mi pierna. Dolores que hasta entonces no tenía, los tuve. Inchazos que antes no existían, aparecieron ante mis ojos. En fin, que por poco hasta la malaria me entre si no dejo de leer.
La semana que viene la cerraremos con una media maraton por caminos y pistas sin mucha cuesta, creo. La idea es hacer un entrenamiento medio exigente. No estoy para matarme por esos caminos de dios, pero para probarme a mí mismo, probar material y azuzar un poco el espiritu competitivo pues bien estará. Teniendo en cuenta esto, descansaré mañana lunes, el viernes y el domingo. No me entusiasma, pero es lo que hay. En esos tres días haré un rodaje pistero, unas series en cuesta y el tercer día probablemente meta MTB. Pero como siempre dependerá del ánimo de cada de momento.

sábado, 12 de febrero de 2011

Un adios

Esta semana no me ha quedado más remiedo que jubilar mis Sportiva Wildcat. Tenía pensado darles un final un poco más glamuroso (por ejemplo la semana que viene en la Wild West Run), pero lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.
Desde un principio he tenido una relación de amor a medias con estas zapatillas. Me las compré como zapatilla de entrenamiento de cara al verano pasado, tras haber estado corriendo con las Inov-8 roclite 312 durante el invierno. Lo que andaba buscando era más amortiguación y más frescor en los caireles. Ambas cosas las esnontré. Un placer correr con ellas.
Pero no sé si exigí demasiado a nuestra relación o quizá que los antecedentes eran muy duros, pero me fallaron por la suela. muy pronto se fueron desgastando los tacos y eso es un señor problema si vives en la costa atlántica irlandesa. De poco me sirve que el compuesto de la suela sea excelente (que lo es, ens eco se agarra  la piedra con entusiasmo) si al minimo barro que pille resbala por no clavar bien. El diseño del taco no me ha parecido muy acertado. A saber: se recubierto un taco mínimo con una especie de rebestimiento amarillo, que supongo que tendrá su razón de ser, pero que mi caso se ido de bares a la mínima. la suela, en consecuencia, se ha quedado muy plana, demasiado para este clima.
El textil se ha desgraciado, tambien, pero eso no me importa. Por lo demás me parece que cumple muy bien lo que se espera de ella, siempre y cuando se use para lo que está pesanda: correr. Posiblemente sea uno de los modelos más "atléticos" de las marcas de montaña. Ligera, bien amortiguada, no he tenido mayores problemas de estabilidad. Salvo la puntera apenas tiene refuerzso, pero tampoco los necesito, la verdad. Ya tengo las Flyroc para meterme en berenjenales rocosos. Salvo en estos tramos muy técnicos, la zapatilla se desenvuelve con gracia por cualquier otro piso, salvo que esté blando. Incluso sobre la temible piedra mojada se porta.
En fin, en mi opinión una zapatilla notable, que sin embargo no está hecha para estos parajes. No creo que vuelva a este modelo mientras viva y entre por aquí a pesar de sus puntos fuertes, que son más que sus debilidades. He visto que su prima, la raptor, tiene un taco de una sola pieza. Quizá sea una buena alternativa para el futuro. Mientras tanto llegó la hora de las North Face Single Track. Veremos, por ahora han cumplido con lo que les he pedido.

miércoles, 9 de febrero de 2011

On the way!!

Ahí estamos otra vez! Tras haber perdido cosa de un mes con molestias y dolores varios, ya estoy preparando el Wicklow Way Ultra con un poco de seriedad. No es que las molestas hayan desaparecido, que no, simplemente no me impiden correr. Y eso ya es algo más que la semana pasada. Por si acaso cuido mis pantorrillas: buenos estiramientos, alguna cremita y hielo por sistema cada vez que vuelvo de correr. 
Se nota que llevo semanas parado. Aunque el ritmo es decente, la frecuencia cardiáca se ha disparado un poco y me cuesta mantenerme por debajo de las 150 pulsaciones a ritmos de crucero. Bien es cierto que ya van bajando, pero hay tengo el ojo en el pulsómetro, por lo que pueda pasar.
Sigo con la esperanza de poder correr la carrera de 52 km, pero he de reconocer que este parón me ha trastocado los planes y cuatro semanas bajo minimos es bastante. Estoy planificando las semanas que me quedan para poder llegar con un mínimo que me permita lanzarme al ruedo sin miedo. El objetivo primordial es ir subiendo semanalmente el tiempo de rodaje durante tres semanas y hacer una cuarta de descanso. Cada una de estas semanas me maracaré un día de rodaje "medio" y otro "largo". Estos serán los que irán subiendo de duraciónpaulatinamente. Para no quemarme, respetaré a rajatabla un mínimo de dos días de descanso (uno segura serán los lunes), quedando tres días sin especificar. En estos días quiero meter días de ejecercios de fuerza (cuestas, técnica de carrera, multisaltos...) y/o alguna sesión en progresión. Tampoco descarto algún día meter alguna pachanguilla futbolera y por supuesto, alguna salida en MTB.
Old Kenmare Road, por donde transcurre la Wild Wesr Run
las tiradas lasrgas voy a intentar que se semejen lo más posible enterreno y enclinación a lo que me espera en la carrera. Y tengo varias rutas en la cabeza, en las que se mezclan, varios tipos de terreno y con una inclinación media moderada.. Pero va a ser la semana que viene, el sabado donde voy a ver mi esto de forma real. Via caralibro me enterado que hay una media marathon trailera por una ruta a la que tengo ganas. Wild West Run, la han llamado. Desde luego no creo que esté para "competir" (entiendase esto de competir, por favor) pero como entreno de calidad puede ser una buena piedra de toque. Además me servirá para definir un par de cosas sobre material.Por un lado ayer definivamente tuve que dar por jubiladas mis Wildcat (demasiado gastadas por la suela, nada bueno para los embarrados caminos irlandeses) y quiero probar de manera definitiva las Single Track, que hasta ahora estaban llevando muy buena vida. Un día de estos, probablemente despues de la carrera metere una entrada al respecto.
Por otro lado, veo que la carrera se ha planteado de manera paralela a los circuloshabitalues de trail running en Irlanda (practicamente centralizados en Dublin/Wicklow) y además con un claro propósito socializador, con entrega de premios en un pub, precios especiales con un hotel... Vamos, que la organización parece que quiere hacer piña, supingo que con la intención de hacer un nucleo del que surjan nuevos proyectos.
En fin, que ya estmos lanzados otra vez. A ver si nada nos para de nuevo...