Tras tres meses de vuelta a la normalidad en lo deportivo toca empezar de nuevo sacar el calendario, chequear internet en busca de carreras y retos.
A finales de agosto pude empezara correr con cierta normalidad de nuevo. Aunque la periostitis sigue ahí, es más una amenza que una realidad. Es cierto que hay semanas que las termino con algún que otro dolor incómodo, pero es daña más en la moral que en lo físico. Muchas veces me da la sensación que tengo que combatir más al miedo que a la fatiga o la pereza. Por si acaso, como colofón a este ciclo de vuelta, me he regalado un par de sesiones de fisio. De todas maneras los guisantes congelados ya se han convertido en parte de mi vida.
Mañana empiezo a entrenar. Es decir a preparar física y mentalmente para competir en carreras. Soy muy consiciente que mis niveles competitivos son, porque siempre lo han sido, como poco escasos. Nunca me he preocupado de batir a nadie en casi ningún momento. Incluso no mentiría que las carreras en sí me dan bastante igual. Siempre ha sido así en muchas de las cosas que he afrontado en esta vida. Siempre me ha intersado los cómo, que los qué. Siempre he sido más estratega que soldado.
Bueno, el caso es tener claro que se quiere hacer. Si el año pasado lo tenía bastante claro (un ultra, que fue imposible, o casi) para el 2012 la cosa no está tan clara. Supongo que lo más sencillo sería retomar los planes que este año se quedaron atrás. El problema es que las circustancias son diferentes. Muy diferentes y a día de hoy no tengo claro que el camino de preparación para una cosa por el estilo vaya a ser satisfactorio. (tengo que mencionar otra vez el miedo a la lesión?)
Recuperara confianza, un poco de ambición, y correr más y mejor. Al final, me temo, que esto de correr va a ser un reflejo de la vida. Cuando se hablan de ·las famosas "sensaciones" me da que la cosa va más allá de correr a gusto. Eso, en definitiva, es el objetivo.